Bagman (o bien la del ladrón en la mina) Valadon Automation – mil novecientos ochenta y dos

La adolescencia de Fran, mi “cuñao” estuvo marcada por aturdir policías, hurtar sacas de dinero y por conducir carretas, todo ello prácticamente cada fin de semana.

Y no, maquinas recreativas arcade no hablo del “Torete” y “El Vaquilla”, hablo de Fran, el dueño de Los Parrales, y como cómplice, su inseparable amigo Luis, dueños de las máquinas recreativas de mi pueblo.

Porque todos los fines de semana, Fran y Luis fundían la paga semanal jugando al Bagman, un magnífico y muy divertido juego de recreativas.

Mientras que en España, en el 82, entre los jóvenes triunfaba la selección (hasta octavos again), en Nájera triunfaba “Ciriaco” y sus máquinas recreativas, si bien a decir verdad, esta máquina asimismo reventó bolsillos en el “Bar Pepe”.

Bagman (o su versión francesa Le Bagnard) fue un juego de plataformas que vió la luz en 1982, a la par que el infumable “Naranjito”, mascota muy recordada por el cariño y la nostalgia que evoca, mas que, como a Belén Esteban, el paso de los años no le ha sentado nada bien (a la mascota y a Belén, no al juego, que no ha perdido un ápice de adicción (adicción del juego, no de Belén, me estoy liando, me callo.))

¿Y de que iba el juego Bagman?

Bagman es un clásico de los juegos de plataformas con sus túneles, escaleras y sus cosas.

La predisposición de exactamente las mismas era muy renovadora para la temporada, puesto que no contaba con la típica distribución regular, sino existían rampas, escaleras, ascensores, rieles con vagonetas, etc…

No tenía scroll como tal, pero el juego estaba dividido en 4 pantallas contínuas (saliendo de una entrabas en otra).

Tu rol es la de un malvado ladrón que recorre los túneles de la mina recogiendo las sacas de oro que se encontraban esparcidas a su libre albedrío por las 4 pantallas.

Cada bolsa debías transportarla a una carreta en la zona superior, y, para finalizar el juego, era necesario recoger todas y cada una de las bolsas y salir de la mina.

Bueno, pues bastante sencillo…¿O bien no?

Pues no. Si fuera tan simple no hubiese recaudado la porrada de dinero que colectó.

Cuenta la leyenda que al mismísimo Ciriaco se le acalambró la mano derecha de contar monedas un lunes.

El juego tenía dos factores que jugaban en tu contra. (bueno, 3)

Por una parte el tiempo, en tanto que tenías que recoger todas las sacas de oro en un tiempo limitado.

Por otra parte los oponentes (policías, los choques con las vagonetas y las caídas).

Y el tercero el dinero, en tanto que dicha máquina era una genuino horno de derretir monedas, y en un “pispas” te quedabas sin paga mirando al infinito con cara de idiota.

¿Y como me defiendo?

Para defenderte de los policías lo mejor era como en la vida real, evitarlos. Mas si te echaban el ojo, tenías que huir de ellos con sonido bala (Policías, sonido bala, que bien hilado)

Podías confundir a los policías si dejabas caer la saca desde una altura determinada golpeándolos. (esta acción generaba un singular deleite, puesto que los tenías “que engañar” a fin de que te siguieran)

También si el policía en cuestión estaba subiendo por una escalera y le bloqueabas el paso con la carreta le provocabas una pequeña “jaqueca municipal”.

Las cuatro pantallas del Bagman unidas, jamás serán vencidas.

Bagman podía utilizar un pico (pico de herramienta, rememorar que eran los ochenta y no quiero generar confusión) y era preciso para llegar a una de las sacas. Dicho pico también se podía usar contra los policías, siendo una herramienta indispensable para poder terminar el juego ( y para poder hacer una buena zanja).

¡Esta máquina habla!

Bagman eran de los pocos juegos que “hablaban” con ciertas acciones de los personajes.

Cuando se montaba en la carretilla: ¡¡Oooy, Uh Hopla!!

Cuando era atrapado por los policías o bien te defenestrabas: ¡¡Uy Ay Uy!!

(Leído queda muy raro y le hace un flaco favor a lo que podáis pensar con respecto a mi estado de salud mental, mas el que haya jugado al Bagman sabe de lo que hablo.

Secuelas y curiosidades de Bagman

Un par de años después la misma empresa lanzó una secuela del juego llamada Super Bagman, sin apenas novedades respecto al original. Como Jesulín en el mundo de la canción, pasó sin pena ni gloria.

Bagman triunfo sobremanera en los ordenadores personales como el Spectrum, MSX y el Amstrad. Ya no recuerdo haberlo tenido en mi flamante Spectrum tuneado.